http://notas.org.ar/2015/12/11/amenazan-quitar-subsidio-escuela-cooperativa-caba/
El Instituto Privado 9 de Julio es una escuela secundaria que
funciona como cooperativa de trabajo. El Gobierno de la Ciudad quiere
quitarles el subsidio con el que pagan el 80% de los sueldos. Esto
significaría el cierre definitivo de la institución.
Notas – Periodismo Popular tuvo la oportunidad de conversar,
durante el festival que realizaron en la puerta del colegio el pasado
sábado, con Betina Infantino, actual docente, psicopedagoga y ex rectora
de la institución; Matías Halpin, actual presidente de la cooperativa,
representante legal y docente; y con Pablo Pelaez, tesorero, docente y
preceptor.
- ¿Qué tipo de escuela es “la nueve”?
- Betina: La escuela se funda como cooperativa en el
año 1948, ubicada en Palermo, con buena inserción en el barrio. Es una
escuela secundaria que tenía dos turnos, a la mañana y a la noche.
Siempre tuvimos un perfil de mucha contención, no es un colegio de
elite, la cuota es baja y tenemos muchos chicos que son hijos de
encargados de edificio, por ejemplo.
Lamentablemente en 2012 el dueño del edificio falleció y los hijos
decidieron no seguir alquilándonos el lugar. Supuestamente y como se ve
tanto en esa zona, querían hacer un negocio inmobiliario. Estuvimos más
de dos años buscando un lugar nuevo hasta que nos mudamos al edificio
actual, ubicado en Constitución y Prudan.
La nueva ubicación hizo que muchos alumnos se cambien de colegio
porque les quedaba lejos, y la verdad es que fue como empezar de cero.
Actualmente tenemos alumnos que viven en la zona sur de la capital y
también varios que vienen del conurbano. Son chicos con muchas
dificultades, muchos de ellos trabajan además de estudiar y también
muchos son padres o madres.
Nosotros queremos seguir trabajando con esta población, por eso no
queremos aumentar la cuota, a pesar de que hace más de cuatro años que
no cobramos aguinaldo. Sentimos que los chicos en esta escuela
encontraron su lugar, la hicieron propia.
- ¿Qué les exigen desde el gobierno?
- Matías: La Dirección General de Escuelas de
Gestión Privada (DGEGP), que depende del Ministerio de Educación de la
Ciudad, está a punto de cambiar de autoridades producto del proceso
electoral que se llevó a cabo en 2015. Nosotros hace un tiempo que no
cumplimos con el número mínimo de alumnos que deberíamos tener según la
reglamentación, pero nos venían haciendo una excepción teniendo en
cuenta las particularidades que atravesamos. De repente ahora nos dicen
que tenemos que incorporar 30 nuevos alumnos para fin de año, cosa
bastante difícil de lograr, y que si no lo hacemos nos quitarían el
subsidio que consiste en el dinero para pagar el 80% de los sueldos
docentes.
La cooperativa se tiene que hacer cargo del otro 20%, y del total de
los sueldos del personal no docente más alquiler, impuestos, cuotas
sociales y otros gastos. Al tener una cuota baja y pocos chicos, tenemos
que relegar los aguinaldos y una parte de nuestro sueldo, porque la
plata no alcanza.
Al mismo tiempo nos llegó hace poco una sorpresiva intimación de
clausura del edificio de la empresa privada “Escuelas Seguras”, que
tiene el control sobre la habilitación de las escuelas privadas y hace
de eso un negocio, porque bien sabemos que el tema de las habilitaciones
es meramente político. Por suerte este problema estaríamos a punto de
solucionarlo.
Si nos quitan la subvención, estamos obligados a aumentar la cuota o
cerrar, pero no queremos aumentar la cuota porque eso implicaría que la
mayoría de los chicos no puedan venir más y nosotros queremos seguir
trabajando con ellos.
Obligar indirectamente a cerrar una escuela en zona sur, que es un
territorio históricamente postergado, sería dejar a esta población ya
vulnerable sin una herramienta de inclusión, que es lo que en definitiva
pretendemos que sea la escuela.
- ¿Creen que van a poder superar esta situación? ¿Qué estrategias están llevando adelante?
- Pablo: A nivel político estamos en diálogo
constante con la DGEGP y con legisladores y organizaciones que se
acercaron para ayudarnos. Entendemos que va a depender de la buena
voluntad de los nuevos funcionarios. De nuestro lado estamos haciendo
todo lo posible para salir de este mal paso.
Por ejemplo, la 9 de Julio tiene un alto porcentaje de alumnos con beca, en ese aspecto cumplimos y
superamos el mínimo que se les exige a todas las escuelas.
Por otro lado, tenemos una población de chicos con particularidades, y
esas particularidades ameritan el trabajo en grupos más pequeños.
Muchas veces son pibes que en otros colegios no pudieron integrarse y si
no fuera por nuestra escuela estarían quedando afuera del sistema
educativo. Este punto es el que queremos que se tenga en cuenta desde el
ministerio: el rol inclusivo del colegio.
Además hay que tener en cuenta el tema de la mudanza y la dificultad
que implica para un colegio insertarse en un barrio nuevo. En este
sentido tenemos la idea de generar un vínculo con el barrio, trabajar
los valores del cooperativismo hacia adentro y hacia afuera de la
escuela.
También estamos intentando hacer convenios con otras instituciones,
como por ejemplo con el sindicato de encargados de edificio para que sus
hijos no paguen matrícula, o con otras escuelas cooperativas.
Si no logramos solucionar este problema ahora, nos tenemos que
preparar para tomar algún tipo de medida durante el verano, la comunidad
de la 9 de julio está muy unida y va a pelear por seguir existiendo.
El 14 de diciembre nos reunimos con las nuevas autoridades, quienes
van a decidir sobre el futuro de la escuela, los 35 docentes y los 65
alumnos que están muy identificados con el colegio.
Safir Neme